Ensalada de julianas de calabacín
Esta ensalada es una forma espectacular de mostrar la abundancia veraniega de calabacines. También es una lección sobre el poder de la sal para transformar una verdura. El calabacín, al igual que el pepino y la berenjena, es una hortaliza muy húmeda. Dado que el calabacín crudo puede perder humedad y desequilibrar el aderezo, suele ser mejor salarlo con antelación.
Método de Preparación
Caliente una sartén grande y seco a fuego medio-alto, añada las nueces y tuéstelas, agitando la sartén a menudo, hasta que estén ligeramente doradas y fragantes. Pase las nueces a un plato pequeño para que se enfríen.
Coloque el calabacín en un colador, espolvoree con 1 cucharadita de sal y remueva para mezclar. Coloque el colador sobre el fregadero para dejar escurrir el calabacín durante 30 minutos.
Ponga el calabacín bajo el grifo de agua fría para eliminar el exceso de sal y, a continuación, viértalo sobre un paño de cocina y séquelo dando golpecitos.
Bata la ralladura y el jugo de limón, el chalote, la mostaza y el ajo en un tazón pequeño. Sin dejar de batir, añada lentamente el aceite y bata hasta que la vinagreta esté espesa y emulsionada. Sazone al gusto con sal y pimienta.
Coloque los calabacines en un tazón grande y mézclelos con la vinagreta. Espolvoree las nueces tostadas y un poco de queso Parmigiano-Reggiano por encima y sirva.
Variante: Ensalada de calabacín, tomate, y albahaca
Añada 1 taza de tomates frescos cortados en cubos y ¼ taza de albahaca fresca chiffonade y mezcle con el calabacín y la vinagreta. Sustituya el Parmigiano-Reggiano por ⅓ de taza de queso feta desmoronado.
Consejo
Se puede utilizar un pelador de verduras para cortar finas cintas de calabacín para la ensalada.